martes, 15 de abril de 2014

Sin inspiración.

Como el tren que le trajo él mismo se lo llevó.
A la misma hora, aunque no el mismo día,
ni en la misma situación, momento u ocasión.

En realidad no sé ni qué escribir, tengo tantos sentimientos enlatados que
necesitaría mil abrelatas para sacarlos todos y poder escribir algo con ellos.
Tengo tal nudo en el estómago, en la cabeza, y en el corazón que me es imposible.
                         
Qué frustración que todo se acabe a mi alrededor y yo no sea capaz de ver el final.

Lo tengo todo, y a la vez nada, aunque nadie me ha preguntado lo que quiero
o lo que dejo de querer, el caso es que no tengo nada. Internamente, nada.
Y no encontrarle sentido a nada, que al fin y al cabo es así todo, un sin sentido,
un sin nada, un con todo y a la vez nada.