sábado, 24 de septiembre de 2011

Renovar felicidades, renovar sentimientos imposibles.
Parece que el otoño acompaña con las hojas de los árboles cayéndose,
deshaciéndose de todo lo que les importa en ese árbol.
Pudo parecer así en un momento, pero todo fue renovarse.
Volver a sentirse libre para darse cuenta de que lo volvías a necesitar.
Necesitabas de nuevo su forma de hacerte feliz, su forma de sujetarte, de no dejarte caer.
Un ciclo llevado a contracorriente por nuestros impulsos y necesidades
que lejos quedan de ser iguales aunque, no menos fuertes.
No será igual el nacimiento, el florecer, después de tanto frío
en nuestros cuerpos sufrido.
Aún así, lo intentaré, conseguiré volver a hacerte feliz, seguirás tendiendo todo de mí.
Sólo déjate llevar por tus emociones y las mías irremediablemente.
Nunca lo olvides, aunque el frío nos arrebate completamente y no nos deje movernos
jamás, nunca igual.
Demuéstrame que puedo volver a sentir algo parecido, nada está acabado aún, creéme.
Que yo gracias a tí te sigo amando igual, ¿qué tedría que hacer para que te emociones igual?.
Que me hiciste daño, si fue real todo eso, logra que no se me pasen nunca más por mi cabeza.
Recuerda todo de mí, todo lo pasado y volvamos a vivirlo de nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario