martes, 12 de julio de 2011

Te echo de menos. Ojalá estuvieras aquí conmigo en estos momentos, o en cualquier momento. Siempre. Pero a veces la distancia (y el destino, dicen algunos) actúa y separa dos almas que nacieron para estar juntas, no las permiten volver a juntarse, y las envuelven en un gran dolor. Sólo queda el consuelo de oír tu voz cada día lejos, y soñar contigo. Pero cuando ni la voz se puede escuchar, ¿qué nos queda? ¿Cómo se supone que debemos aguantar sin amor, después de haberlo conocido y profundizado en él? ¿Por qué no podemos estar juntos sin más? Suena raro, puesto que sólo nos alejaremos un mes, pero para nosotros, no significa sólo un mes, sino un eterno mes caliente en él exterior y frío en el corazón, un mes que pudiendo estar lleno de emociones, queda vacío y colgando. Te amo. FIN

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