Escribo con lágrimas
en unos ojos que han visto
más alegrías que tristezas
todas juntas.
Una lágrima no merecía morir ahora,
ahora no,
pero cuando un mundo se tambalea
me parece aceptable esa muerte.
La libertad que tiene esa gota de agua,
salada, amargada a la vez
es perfecta y envidiable.
Es presión en un corazón que no aguanta,
en un corazón que no vive
si tú no estás en él.
Porque todas las lágrimas,
si tienen que morir,
tendrían que hacerlo de alegría
y depositándose en una sonrisa.
bonto blog! pasate preciosa, te sigo! jovensalvajelibre.blogspot.com
ResponderEliminarBuuff... Qué bonita. Creo que esta es una de las poesías más bonitas que he leído aquí en tu blog. No puede haber nadie en este mundo que no haya sentido unas irremediables ganas de llorar, ya sea de alegría o de tristeza. Me ha parecido una poesía de lo más sincera, aunque no me sorprende habiendo sida escrita por ti.
ResponderEliminarCada estrofa de la poesía es preciosa, las dos últimas me han llegado más que las anteriores, a decir verdad. A veces, llorar es necesario para librarnos de esa presión que nos oprime el pecho, sobre todo cuando se trata de un corazón herido y solitario. Como dijo un gran personaje de ficción al final de una despedida de una gran película: "No os diré no lloréis, pues no todas las lágrimas son amargas". Y es verdad, no hay lágrimas más dulces que las de alegría, aunque hay veces que son lágrimas neutras, porque esa tristeza guarda felicidad en alguno de sus rincones.
Yo soy partidario de llorar cuando a uno le venga en gana, cuando uno quiera puede hacerlo y liberarse. Veo como aguantar una lágrima la renuncia a lo que realmente somos: personas.
Espero que esta crítica haya estado a la altura de tu poesía, que es verdaderamente espléndida. Espero que sigas escribiendo durante mucho tiempo porque a mucha gente le sacas buenos recuerdos y una sonrisa :).
Enhorabuena.
-Rubén-
Me encanta esta entrada :)
ResponderEliminarUn saludo desde http://yotiteconmigo.blogspot.com.es/